Lo que diferencia la actitud de la aptitud

Ambas palabras tienen que ver con el hacer, la primera implica pasión para hacer las cosas y la segunda tiene que ver con la determinación que se tenga para hacer las cosas.

Para no caer en diferencias fonéticas y fonológicas que traerían un fascinante enredo, hablaré de actitud y aptitud, como dos palabras con significados diferentes, pero en las leyes del éxito estos significados son inseparables; la actitud, es la disposición manifiesta al hacer las cosas, y la aptitud, es la idoneidad para el buen desempeño de alguna labor. La actitud no siempre es buena, hay quien tiene una mala actitud en la manera de hacer las cosas, pero como la actitud es algo manifiesto, es decir, que es observable, quien adopta una actitud negativa al momento de hacer algo, y cree que pasará desapercibido, está sumamente equivocado, porque es fácil conocer las malas actitudes: en el temblar de la voz, en el bajar la mirada, en el mirar a rabillo de ojos, o sobre las gafas, son síntomas idóneos de mala actitud y entra aquí un término que define a la aptitud: el ser idóneos, es decir, cuando las malas acciones son observables, la aptitud que se tenga se degrada, porque se está apto, sólo para poner de manifiestos actitudes negativas, y quien así actúa difícilmente podrá considerarse un triunfador.

Cuando se dice que aptitud y actitud, están vinculadas al éxito, se dice partiendo de la base, que sólo las condiciones y las acciones positivas del ser humano, en sus diferentes ámbitos y roles, son las que lo hacen exitoso. Y decir exitoso, no es decir millonario, aunque la sociedad consumista así lo crea, exitoso es el que ante un camino de espinas, tiene una actitud positiva y se dice: » a caminarlo, que de las espinas nacen las rosas», el que ve una oruga, y en lugar de sentir miedo, asco o compasión, se da el placer de imaginar que esa oruga mañana será una hermosa y libre mariposa, eso es tener actitud para asumir una aptitud positiva ante la vida, y quien triunfa es el que es capaz de asumir la vida con sus riesgos, levantándose de las caídas sin culpar a nadie, saliendo adelante sin pisotear a los demás, respetándoles sus derechos, sus creencias y todo lo que lo hace sencillamente diferente, pero sobre todo reconociendo que las personas tienen limitaciones y capacidades, que las hacen únicas, y es de esa diversidad que surgen los cambios del devenir de la historia diaria de la humanidad.

Quien triunfa en la vida, se caracteriza por tener una actitud buena ante los demás, es decir, no se permite odiar y menos envidiar, sabe sonreír, no le importa llorar y ante el triunfo de los demás actúa idóneamente, reconociendo que todos los seres humanos, están hechos para triunfar y que a la larga, lo que les obstaculiza llegar al triunfo es la actitud y la aptitud, que se tiene consigo mismo y con los demás.